Experiencia Y Saber

Rodeados de metales relucientes y anaranjados nuestros artesanos se dedican a la producción incesante de alambiques con una devoción poco creíble. Guardianes de un arte en desaparición, son los verdaderos Maestros Artesanos.

1. Corte de la chapa

Nuestros artesanos colocan las enormes chapas de cobre sobre la mesa de trabajo. Las chapas a partir de las cuales se construirán las diferentes partes del alambique son cuidadosamente medidas y cortadas con unas tijeras eléctricas. Los diversos moldes quedan amontonados sobre la mesa de corte esperando la fase siguiente.

2. Molde

Después de la fase de corte, las tiras de cobre dispersadas sobre la mesa empezarán a adquirir alguna forma con la ayuda del martillo. La técnica que permite la producción de piezas de cobre martillado es totalmente artesanal, herencia de las generaciones más antiguas de los artesanos. En las extremidades de la chapa de cobre a partir de la cual se construirá la barriga del pote se recortan las muescas que permiten su unión. Más tarde, este área será soldada. Posteriormente, la pieza es martillada sobre un tronco de madera con base cóncava. Entre los duros y fuertes martillazos, la pieza comienza a nacer…

3. Soldadura de la barriga del pote

A continuación se procede a la fusión de las extremidades de la chapa donde se recortarán las muescas. La fusión se consigue a través de la aplicación de una llama muy caliente, una mezcla de oxígeno con acetileno, que vuelve al cobre maleable y flexible. La costura de la soldadura es después cuidadosamente examinada, para detectar eventuales anomalías, y martillada, para recuperar su resistencia. Los vestigios de la costura son prácticamente imperceptibles.

4. El casco

Se sigue la laboriosa construcción del casco del alambique. Esta parte del alambique posee, en una fase inicial, la forma de un disco, el cual és fijado en un torno mecánico. La peculiar forma del casco se alcanza pressionado el disco de encuentro al torno mecánico giratorio. Este proceso exige de nuestros artesanos una extraordinaria destreza y habilidad.

5. El cuello de cisne

La moldura del cuello de cisne, tubo que conecta el casco al condensador, se hace a partir de una tira de cobre. La técnica empleada en esta construcción combina harmoniosamente la simplicidad, la eficacia y la pericia de nuestros artesanos.

6. El condensador

En esta fase se procede a la construcción del recipiente de condensación y de la serpentina, en la cual és colocada arena para después ser doblegada en un cilindro mecánico.

7. Pulimento

En esta fase se procede a la construcción del recipiente de condensación y de la serpentina, en la cual se coloca arena para después ser doblada en un cilindro mecánico.

8. Montaje del alambique

Las diferentes partes del alambique finalmente son combinadas y soldadas. El proceso de construcción del alambique depende del modelo en cuestión:

a) Uniones Remachadas: Las tres partes que componen el pote son unidas a través de remaches, pequeños roblones de metal con dos cabezas forjadas, una en el momento de su fabricación y otra hecha en el momento en el que se introducen los remaches en los orificios, colocados a lo largo de la cintura del pote en intervalos regulares. Finalmente se aplica una solución de aceite de Linaza, combinado con otros ingredientes naturales, en el interior del alambique, en las áreas donde existen uniones, con el objetivo de impermeabilizarlo. Esta solución es inocua y no afectará al proceso de destilación.

b) Uniones Soldadas: Tratándose de un alambique de uniones soldadas, la  unión de las tres partes que constituyen el pote se consigue a través de la soldadura con alambre de latón, ideal para áreas expuestas a altas temperaturas. La soldadura altera las propiedades moleculares del cobre, convirtiéndolo extremamente maleable y flexible, por lo que las áreas donde se aplicó la soldadura son posteriormente martilladas en el yunque para que el cobre recupere su resistencia y fuerza.

Las restantes partes del alambique son soldadas con estaño o plata. Los elementos utilizados en la soldadura garantizan la total seguridad de nuestros productos.

Finalmente, el alambique es pulido cuidadosamente a mano y es que, por arte de magia, una simple chapa de cobre se transforma en un alambique cuya belleza refleja lo mejor que puede ofrecer la tradición portuguesa.

Al-Ambiq®
…vestígios de uma tradição que o tempo não apagou

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